Las personas no dejan de querer nunca. Solo se cansan de esperar.
Conocí a alguien, a quien quiero con locura, alguien a quien elijo sobre cualquier otra persona. El es la única persona con quien estoy dispuesta a estar aún en silencio, mirándole mientras duerme, velandole los sueños sin aburrirme. Era lo único que quería para el resto de una vida, a pesar de sus actitudes, a pesar de su falta de sentimentalismo y su orgullo machista. Era lo único que quería. El me miraba y juro que no me hacía falta más. Más que un "te quiero", un "te necesito", más que cualquier palabra cursi, el me miraba y eso, eso era amor.
Una vez cansada de tanto dar y exigir, decidí soltar. No quería, lo juro. Pero nadie merece irse acostar preguntándose por qué no fue suficiente. No quería ser suficiente en una cama con las piernas extendidas mientras me empalaba contra el. Quería ser la mujer que quería. Esa mujer a la que escuchas e intentas entender, a la que haces enojar pero vuelves a hacerla sonreír, esa mujer por la que te preocupas, a la que miras como si fuera magia y no estás dispuesto a perder, sino a hacer hasta lo imposible por un Jaquemate y robartela como a la reina en un tablero de ajedrez. Pero no lo era, yo era la otra... Esa a la que no cierras los ojos cuando la besas, esa a la que no le puedes decir "te quiero" porque no te nace hacerlo, esa a la que le hablas mal y la tratas como la mucama que recoge los desórdenes que dejas al pasar. Nunca me lo dijo, siempre obviamos la cursilería porque yo no era la mujer con la que el quería ser cursi.
Decía Frida Kahlo cuando se canso de Diego: "Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado". Y tenía razón, cuando me canse de exigirte que me dieras tus buenas noches, que pensarás en mí
al levantarte, que me respondieras o me sorprendieras con un "te quiero", cuando me canse de pedirte que dejarás tu orgullo, que me hicieras feliz... Cuando mi corazón se canso de esperar tus gestos, los gestos que tiene un hombre enamorado, te deje ser, y me peso, me peso porque te deje perderme, porque no hiciste nada más que dejarme ir de tus brazos, y porque cuando me perdiste sabía que no tenía nada más que hacer. Sabía que la elección egoísta de tu lejanía determinaron que solo besar tus labios me eran suficiente para sentir cien años de soledad.
Todo era sencillo y lo hemos complicado perfectamente, yo podía obtener todo lo que necesitaba por mi misma, y el no estaba listo para agregarle valor a mi vida, pero aun así interrumpimos la grandeza que teníamos cada uno por individual. Todo era sencillo y lo hemos complicado.
Conocí a alguien, a quien quiero con locura, alguien a quien elijo sobre cualquier otra persona. El es la única persona con quien estoy dispuesta a estar aún en silencio, mirándole mientras duerme, velandole los sueños sin aburrirme. Era lo único que quería para el resto de una vida, a pesar de sus actitudes, a pesar de su falta de sentimentalismo y su orgullo machista. Era lo único que quería. El me miraba y juro que no me hacía falta más. Más que un "te quiero", un "te necesito", más que cualquier palabra cursi, el me miraba y eso, eso era amor.
Una vez cansada de tanto dar y exigir, decidí soltar. No quería, lo juro. Pero nadie merece irse acostar preguntándose por qué no fue suficiente. No quería ser suficiente en una cama con las piernas extendidas mientras me empalaba contra el. Quería ser la mujer que quería. Esa mujer a la que escuchas e intentas entender, a la que haces enojar pero vuelves a hacerla sonreír, esa mujer por la que te preocupas, a la que miras como si fuera magia y no estás dispuesto a perder, sino a hacer hasta lo imposible por un Jaquemate y robartela como a la reina en un tablero de ajedrez. Pero no lo era, yo era la otra... Esa a la que no cierras los ojos cuando la besas, esa a la que no le puedes decir "te quiero" porque no te nace hacerlo, esa a la que le hablas mal y la tratas como la mucama que recoge los desórdenes que dejas al pasar. Nunca me lo dijo, siempre obviamos la cursilería porque yo no era la mujer con la que el quería ser cursi.
Decía Frida Kahlo cuando se canso de Diego: "Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado". Y tenía razón, cuando me canse de exigirte que me dieras tus buenas noches, que pensarás en mí
al levantarte, que me respondieras o me sorprendieras con un "te quiero", cuando me canse de pedirte que dejarás tu orgullo, que me hicieras feliz... Cuando mi corazón se canso de esperar tus gestos, los gestos que tiene un hombre enamorado, te deje ser, y me peso, me peso porque te deje perderme, porque no hiciste nada más que dejarme ir de tus brazos, y porque cuando me perdiste sabía que no tenía nada más que hacer. Sabía que la elección egoísta de tu lejanía determinaron que solo besar tus labios me eran suficiente para sentir cien años de soledad.
Todo era sencillo y lo hemos complicado perfectamente, yo podía obtener todo lo que necesitaba por mi misma, y el no estaba listo para agregarle valor a mi vida, pero aun así interrumpimos la grandeza que teníamos cada uno por individual. Todo era sencillo y lo hemos complicado.
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