Mi Alma, duerme y duerme.

¿Será verdad lo que dicen que aquellos que duermen y no paran de dormir es porque se siente extremadamente solos? -pensé- Les haré el cuento de la típica "amiga" como dicen todos cuando no encuentran como decir algo.

Mi amiga Alma, así se llamaba ella; dormía y dormía, más que la bella durmiente. 
Un día me atreví a preguntarle:
-¿Porque duermes tanto?
-No se.- me dijo. 
-¿Acaso tienes sueño? -volví a preguntar, aunque sueño no debía ser, ella dormía toda la noche y casi todo el día.
-No se, solo voy a mi cuarto y me quedo dormida. Y es que antes de que pueda bostezar ya he caído rendida.
Era extraño lo que le pasaba a mi amiga Alma, si era como los koalas y quizás peor, es que estos dormían todo el día y despertaban en la noche. Mi amiga dormía la mayor parte del día y por las noches, podía ver su cuerpo  recostado en aquella cama de princesa, pero era un cuerpo sin alma, siempre estaba como muerto en vida. Me descuidaba y ya cuando volvía a mirar estaba dormida otra vez.
Al otro día le pregunte:
-¿Es que acaso tus amigos no te hablan?
-Si, siempre leo sus mensajes pero antes de que pueda contestarles ya he vuelto a caer dormida.
-¿Y si estas poseída?
-No se... -Termino diciéndome y volvió a dormir.

Desde aquel día me he puesto a analizar cada uno de sus gestos, dormida y despierta, y créanme que lo que he descubierto es increíble. Cuando ella esta despierta es como una momia, a penas habla, no sonríe, y se limita a contestar las preguntas que le hacen, cuando esta despierta no es mas que un cuerpo baldío, pero, cuando duerme... Sonríe, sí, su cuerpo recobra la belleza de una vida feliz en un profundo sueño, sus cejas se enaltecen y sus labios se entreabren como si gozará de plena felicidad... Quizás en sus sueños ella es la princesa sin jaula que no es despierta, y ¡Que bella princesa!



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