Tome una rosa roja de un jardín desconocido. Al tener contacto con ella he punchado mi dedo meñique con una de sus fuertes espinas. La sangre a comenzado a brotar y mi rosa empieza a empaparse en ella. La tomo con tanta delicadeza para no dañarla, pero en sus petalos se derrama mi sangre, la cual deja manchas indelebles en la rosa robada.
Camino lo mas pronto posible para llevar la rosa salva a un bello jarrón con agua para que no se marchite. De momento tropiezo. Al mirar al suelo veo una botella de cristal. Perfecta para entrar la rosa. Me agacho y la tomo, me he limitado a entrar la rosa en el sin agua y con un tapón cierro la boquilla. Mi rosa ha quedado intacta dentro de la botella de cristal que la hacían ver mas elegante.
Sigo mi camino a casa, pero en el otra rosa ha cruzado conmigo. La tomo en mis manos que estaban cubiertas de mi sangre seca. Esta la llevo en mi mano, intentando admirarla por su bella delicadeza y su distintivo color rosa pálido.
Al llegar a casa me doy cuenta de lo bella que se ve la rosa roja de espinas dentro de aquella elegante botella de cristal y me decido por dejarla allí tomando la rosa de color pálido y acomodándola en aquel bello jarrón lleno de agua.
-¿Por qué no quieres soltar la rosa de la botella? -Me cuestiono. -Porque ella se ha empapado con mi sangre, se ha llevado una parte de mi y sus espinas me han dejado una parte de ella, y es increíble como a pesar de estar marchita la quiero decorando este ventanal. -Agacho la mirada- Si quieres la rosa roja, entonces... ¿Que quieres con la rosa del jarrón? -Me giro a mirar la rosa tan tierna que contiene aquel bello jarrón y mis labios empiezan a denotar una sonrisa que pronto desapareció al pensar que debía responder, -Esta rosa me da paz, me llena de frescura y buena vibra, me encanta como me hace ver como una de esas mujeres llenas de amor y ternura que aparecen en las telenovelas. Esta rosa me hace ser mejor persona con tan solo pensar en ella. -Aprieto mis labios sabiendo que debía concluir. Tomo ambas rosas y me dirijo con ellas fuera de casa.
Tras horas y horas caminando y pensando, di a parar al mar, aquel que se lleva todo tus malos recuerdos y atesora en el fondo los mas buenos. Tome la rosa de la botella de cristal y con mucho cuidado la saco tomando en cuenta todas y cada una de sus espinas y la recuesto con cuidado en la arena. Tomo aquella botella de cristal y en ella me decido por entrar la rosa del bello jarrón.
Me acerco con ambas al mar, y agachándome suelto la rosa de espinas entre sus pequeñas olas. Puedo ver como aquellas olas la alejan de mi y pienso en buscarla pero me detengo recordando que aun tengo una rosa en mi mano, aquella rosa rosada pálida que tanta frescura me daba y aguardaba en aquella botella de cristal donde antes cuidaba de la rosa de espinas. Tome la botella y también se la entregue a las olas del mar... Ahora se marchaban las dos. -Sonrío-
-Querido mar, acá te dejo dos de las mas bellas rosas que han llegado a mi mano. De tanto pensar en que debía quedarme con una decidí soltarla ambas. De en verdad haberlas querido como otros la querrán en sus ventanales ya hubiera decidido, pero no he podido porque... porque realmente no las quiero a ninguna de las dos, que tarde me he dado cuenta que simplemente ha sido egoísmo y no amor. -Lagrimas caen de mis ojos deslizándose por mi barbilla y cayendo en la arena- Pero las traigo a tus olas con la confianza de que tu sabrás que ventanal decorará mejor cada una. -Tomo aire y empiezo a gritar- Mi bella rosa de espinas te dejo libre de botellas para que limpies aquellas manchas de sangre que he derramado sobre ti y para que llegues al mundo salvaje al que perteneces... Y a ti mi bella rosa de frescura, te mando en botella para que las olas del mar no te lastimen y llegues con la misma frescura con la que llegaste a mi a tu destino... Ahora ambas son libres de decorar el ventanal que en verdad merece tener tanta belleza, porque mi ventanal no es el que ustedes puedan decorar, pero tengan presente que fueron uno de los tesoros mas valiosos que pudé tener.
Camino lo mas pronto posible para llevar la rosa salva a un bello jarrón con agua para que no se marchite. De momento tropiezo. Al mirar al suelo veo una botella de cristal. Perfecta para entrar la rosa. Me agacho y la tomo, me he limitado a entrar la rosa en el sin agua y con un tapón cierro la boquilla. Mi rosa ha quedado intacta dentro de la botella de cristal que la hacían ver mas elegante.
Sigo mi camino a casa, pero en el otra rosa ha cruzado conmigo. La tomo en mis manos que estaban cubiertas de mi sangre seca. Esta la llevo en mi mano, intentando admirarla por su bella delicadeza y su distintivo color rosa pálido.
Al llegar a casa me doy cuenta de lo bella que se ve la rosa roja de espinas dentro de aquella elegante botella de cristal y me decido por dejarla allí tomando la rosa de color pálido y acomodándola en aquel bello jarrón lleno de agua.
***
Han pasado los días y aquellas rosas siguen intactas en mi recamara. Asomo la mirada hacia ellas. La rosa de la botella de cristal se ha marchitado, pero se ve tan bella y elegante como cuando me inspiré a robarla de aquel jardín. En cambio, la rosa del jarrón rebosante de agua se ve tan tierna, con aquel color tan bello que me da frescura. Intentaba amar aquellos dos objetos, pero no podía, debía regalar una a la nada de un mundo, para que se la llevará al mundo de alguien, pero, no podía, Así que me exigí una respuesta a aquella inaudita actitud...-¿Por qué no quieres soltar la rosa de la botella? -Me cuestiono. -Porque ella se ha empapado con mi sangre, se ha llevado una parte de mi y sus espinas me han dejado una parte de ella, y es increíble como a pesar de estar marchita la quiero decorando este ventanal. -Agacho la mirada- Si quieres la rosa roja, entonces... ¿Que quieres con la rosa del jarrón? -Me giro a mirar la rosa tan tierna que contiene aquel bello jarrón y mis labios empiezan a denotar una sonrisa que pronto desapareció al pensar que debía responder, -Esta rosa me da paz, me llena de frescura y buena vibra, me encanta como me hace ver como una de esas mujeres llenas de amor y ternura que aparecen en las telenovelas. Esta rosa me hace ser mejor persona con tan solo pensar en ella. -Aprieto mis labios sabiendo que debía concluir. Tomo ambas rosas y me dirijo con ellas fuera de casa.
Tras horas y horas caminando y pensando, di a parar al mar, aquel que se lleva todo tus malos recuerdos y atesora en el fondo los mas buenos. Tome la rosa de la botella de cristal y con mucho cuidado la saco tomando en cuenta todas y cada una de sus espinas y la recuesto con cuidado en la arena. Tomo aquella botella de cristal y en ella me decido por entrar la rosa del bello jarrón.
Me acerco con ambas al mar, y agachándome suelto la rosa de espinas entre sus pequeñas olas. Puedo ver como aquellas olas la alejan de mi y pienso en buscarla pero me detengo recordando que aun tengo una rosa en mi mano, aquella rosa rosada pálida que tanta frescura me daba y aguardaba en aquella botella de cristal donde antes cuidaba de la rosa de espinas. Tome la botella y también se la entregue a las olas del mar... Ahora se marchaban las dos. -Sonrío-
-Querido mar, acá te dejo dos de las mas bellas rosas que han llegado a mi mano. De tanto pensar en que debía quedarme con una decidí soltarla ambas. De en verdad haberlas querido como otros la querrán en sus ventanales ya hubiera decidido, pero no he podido porque... porque realmente no las quiero a ninguna de las dos, que tarde me he dado cuenta que simplemente ha sido egoísmo y no amor. -Lagrimas caen de mis ojos deslizándose por mi barbilla y cayendo en la arena- Pero las traigo a tus olas con la confianza de que tu sabrás que ventanal decorará mejor cada una. -Tomo aire y empiezo a gritar- Mi bella rosa de espinas te dejo libre de botellas para que limpies aquellas manchas de sangre que he derramado sobre ti y para que llegues al mundo salvaje al que perteneces... Y a ti mi bella rosa de frescura, te mando en botella para que las olas del mar no te lastimen y llegues con la misma frescura con la que llegaste a mi a tu destino... Ahora ambas son libres de decorar el ventanal que en verdad merece tener tanta belleza, porque mi ventanal no es el que ustedes puedan decorar, pero tengan presente que fueron uno de los tesoros mas valiosos que pudé tener.
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